El programa Jóvenes Resilientes de USAID y ACDI/VOCA, adelanta diferentes acciones para el fortalecimiento de los escenarios de participación y cuidado de jóvenes en el territorio nacional. Es así, que hoy relatamos como desde la Gerencia para el Cambio Social con el apoyo del Secretariado Nacional de Pastoral Social- Caritas Colombiana, se lleva a cabo en 7 municipios una estrategia de salud mental.
Esta estrategia está conformada por cuatro guías, las cuales son una herramienta para brindar pautas y orientar a docentes, familias, comunidades y profesionales sobre problemáticas asociadas a la violencia sexual infantojuvenil, estigmas en salud mental, prevención de consumo de sustancias psicoactivas y de la conducta suicida.
Bajo este contexto, desde el mes de marzo en el Corregimiento de Cuturú y corregimiento de Cacerí, en Caucasia, Antioquia, la promotora temática del SNPS-CC desarrolla diferentes procesos de formación con resultados muy significativos con 28 docentes y 88 estudiante entre los 13 y 20 años. Cabe mencionar, que las zonas donde se adelantan estos procesos vivenciales , son zonas golpeadas por el conflicto armado, los pobladores están expuestos ocasionalmente, a alteraciones de orden público, que los llevan a afectar emocional y anímicamente. Para algunos docentes, recibir los procesos de salud mental es una oportunidad para ocuparse también de sus propias emociones.
“La salud mental es un tema que trabajamos con recelo y me voy con muchos aprendizajes y me voy reconociendo que es necesario hacer visible lo invisible, que se puede hablar de ese tema libremente y que somos el medio para nuestros estudiantes y que si estamos bien emocional y mentalmente podemos aportarles mucho a ellos también muchas gracias”.
Andrea Sánchez, 33 años. Docente.
Con los estudiantes ha sido un transitar de emociones, por relacionar uno de ellos, con el ejercicio de cierre Me Lo Prometo, de la guía de Prevención de consumo de sustancias psicoactivas, fue muy emotivo, algunos lloraron y expresaron algunos miedos, reconocieron la forma en la que se relacionan con sus familias, hablaron abiertamente de sus sueños y también de sus miedos, sus retos personales y sobretodo agradecen todos los aprendizajes de la jornada.
“Los ejercicios me llevaron a apensar en muchas cosas… algunas veces me enojo con mi familia o hasta quiero llegar hacerme daño, la actividad con la velita, (Me Lo Prometo) me ayudó a pensar en todas las promesas que debo tener para mi”
Samuel Acosta, 16 años.